VUESTRA OBRA. ALBERTO GARCÍA-ALIX
“Vuestra obra” es un espacio abierto a la participación en el que se muestran periódicamente obras de nuestras áreas de reserva. En esta ocasión, abrimos una votación en nuestras redes sociales y web para dar a elegir entre cuatro obras fotográficas pertenecientes a la colección Circa XX.
De temática muy diferente, estas fotografías son representativas del trabajo de cuatro artistas: Richard Billingham, Vincenzo Castella, Mercedes Navarro Reverter y Alberto García-Alix, siendo Autorretrato saltando de este último autor el más votado con el 47% del total de votos.
Alberto García-Alix
Autorretrato saltando, 1980
Fotografía analógica
Del 24 de mayo al 1 de diciembre de 2024
Alberto García-Alix (León, 1956) es uno de los autores más importantes en el panorama fotográfico actual y premio Nacional de Fotografía en 1999. A través de su obra fotográfica nos introduce en su universo personal marcado por una visión rebelde del mundo y la vida marginal. Retrata los cambios culturales y sociales experimentados en España tras la Transición desde su propia óptica autobiográfica, volviendo la cámara hacia sí mismo o hacia quienes se encuentra en el camino. Inmortalizó la Movida madrileña dejando poderosas imágenes que penetran en la realidad menos mediática del momento de manera cruda y elegante, a través de retratos de amigos, personajes de la época y pasajes de su vida. Su obra se convierte en un relato emocional y autorreferencial de un momento cultural de ruptura de estereotipos.
En esta recopilación de experiencias vitales, de excesos y miedos en forma de retratos, frecuentemente es el propio fotógrafo el objetivo de la instantánea. Este Autorretrato saltando, realizado en sus primeros años de trayectoria, no es más que el comienzo de una larga serie de autorretratos en un esfuerzo por comprenderse y encontrarse a sí mismo a través de la cámara. Son habituales los desnudos directos, violentos y carentes de pudor, las poses fingidas, los escenarios casuales, las escenas fragmentarias del cuerpo en una particular descomposición del autorretrato, siempre con gran fuerza expresiva. Como señala Francisco Rivas: “Los santos y los pícaros no figuran en la nómina de la historia. Sus andanzas pertenecen al dominio de la leyenda. Ese es, también, el dominio que ha elegido Alberto García-Alix para desarrollar su propio guion autobiográfico. Un espacio fantástico organizado a la medida de sus gustos. Un lugar donde los impulsos del corazón tienen carácter de ley”.