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LIMBO. ENRIQUE RADIGALES

Limbo reúne obras que materializan lo digital, cruzando tecnología, arqueología de la imagen y territorio. La exposición pone en diálogo el paisaje sonoro y físico de los centros de datos con el paisaje emocional de sus contenidos, invitando a pensar usos, gastos y responsabilidades asociados a la infraestructura de la información.

Enrique Radigales (Zaragoza, 1970) plantea en Limbo una reflexión sobre los límites y cruces entre lo analógico y lo digital, la reinterpretación de la pintura expandida, el pensamiento tentacular sobre el paisaje, la sonoridad o la experimentación con la técnica. Su obra se mueve en un territorio de negociación entre pérdidas y recuperaciones, memoria y olvido, naturaleza y tecnología.

La muestra busca explorar los procesos de archivo y desaparición en la era digital, reflexionar sobre la tensión entre memoria y caducidad tecnológica y mostrar cómo lo efímero, lo borrado o lo residual adquieren una nueva presencia física y poética. Invita al espectador a repensar las dinámicas del presente digital y sus derivas medioambientales, sociales y artísticas. En Limbo se visibiliza la materialidad de lo digital, es decir se muestra que los datos tienen soporte, consumo y huella (agua, energía, residuos). También se conecta tecnología y territorio, por ejemplo, del detalle informático al paisaje aragonés (Vadiello, Valdabra).

Limbo no es un espacio de desaparición sino de resistencia creativa. Radigales convierte el museo en un lugar donde lo que parecía perdido regresa transformado. La exposición ofrece al visitante una experiencia que oscila entre la nostalgia y la crítica, y que abre un territorio fértil para cuestionar certezas. Se trata, en definitiva, de un ensayo visual sobre cómo habitamos el presente digital y cómo imaginamos futuros posibles.

La exposición propone al visitante una experiencia crítica que, lejos de ofrecer respuestas definitivas, abre preguntas sobre cómo habitamos el presente digital y cómo imaginamos el futuro. En palabras de su comisaria, Nerea Ubieto, Limbo “se convierte en una zona gris donde las polaridades se rozan, conviven y, en ocasiones, encuentran reconciliación”.

Limbo sitúa al visitante en un umbral entre lo virtual y lo físico, donde la obra revela la huella material de la información y ensaya alianzas entre ecología, código y memoria. Lejos de lo distópico, la muestra abre un espacio de responsabilidad compartida para imaginar formas más conscientes de producir, almacenar y narrar datos en el presente.